Qué difícil se ha vuelto respirar. Todo ha cambiado desde entonces. Yo me deformé, mi rostro no es el mismo. Con mis ojos podría volar como los globos, pero tienen tanta sombra que me hunden en el mar. Y es que yo no tengo branquias; no sé si lo has notado.

Sé que tal vez no encuentres este mensaje en la botella, yo seguiré naufragando hasta volver a ver un barco alado. Estaré esperando en el mismo sitio. Escribiré tu nombre con piedras sobre un cielo lleno de asteroideos¹, sobre el mar que lleva todos tus pasos lejos de mí.

Le puse como tú pero es muy diferente, le pedí ayuda pero sólo se burló de mí y me envió más lejos. Y es que yo no tengo branquias, no sé si te lo haya dicho. Además, no nado muy bien, y hay un agujero por donde se entra el agua… y el sol me da en la cara, pero extrañamente no deja llover. Y es que yo no tengo branquias… creo que ya lo había mencionado.

¹equinodermos, no es que haya escrito mal asteroide.